¿Cómo reducir los costos de infraestructura utilizando una arquitectura híbrida?


Para nadie es un secreto que las empresas y los equipos de trabajo están haciendo la planeación de presupuesto para el próximo año. Entre las prioridades, buscan mecanismos que ayuden a reducir costos sin sacrificar la calidad y la innovación en los negocios de cada empresa. La tecnología, más que una herramienta es un puente que nos lleva a trabajar de la mano de ella para ejecutar exitosamente todas las estratégias que tengamos para estar al nivel de lo que se va presentando día a día en el mundo de los negocios.  

Para lograr este objetivo, es clave poner sobre la mesa las arquitecturas híbridas. Esta herramienta le ha permitido a diferentes clientes operar tanto en la nube como en sus instalaciones locales. Esta flexibilidad es crucial en un entorno donde la demanda de recursos tecnológicos fluctúa constantemente.La adopción de infraestructuras híbridas está en constante crecimiento, ya que ofrecen una mayor flexibilidad y escalabilidad. Sin embargo, esta flexibilidad también conlleva importantes desafíos, especialmente en la gestión de costos. Una arquitectura híbrida permite a las empresas optimizar el uso de recursos al combinar nubes públicas y privadas, lo que les ayuda a reducir gastos operativos. 

¿Qué es una arquitectura híbrida? 

Las arquitecturas híbridas combinan lo mejor de dos o más mundos. Es decir, puede ser la combinación entre la infraestructura local (on-premise) con una cuenta cloud o la mezcla entre dos o más nubes públicas o privadas de diferentes proveedores. Estas combinaciones permiten a las empresas aprovechar los beneficios que tiene cada entorno para así optimizar recursos, mejorando la eficiencia operativa y facilitando la innovación.

De esta manera, reducir los costos de infraestructura utilizando una arquitectura híbrida es una estrategia efectiva que combina lo mejor de los entornos locales (on-premise) y la nube. Aquí entregamos algunas formas clave para lograrlo:

Uso selectivo de la nube

‍En lugar de mover toda tu infraestructura a la nube, puedes mantener cargas de trabajo críticas o sensibles en tu infraestructura local y migrar las aplicaciones o procesos que requieren menos recursos o que tienen una demanda fluctuante a la nube. Esto reduce el costo de inversión en hardware y mantenimiento on-premise.

Escalabilidad bajo demanda

‍Aprovecha la capacidad de la nube para escalar horizontalmente según la demanda. En lugar de sobreinvertir en recursos físicos, puedes pagar solo por los recursos de nube que necesitas cuando los necesitas (pago por uso). Esto es particularmente útil para manejar picos de demanda en períodos específicos.

Optimización del almacenamiento

mantener grandes volúmenes de datos en infraestructura local puede ser costoso. Usar almacenamiento en la nube para datos que no se acceden frecuentemente (archivos históricos, backups) permite liberar recursos locales y pagar solo por el almacenamiento utilizado.

Automatización y orquestación

emplear herramientas de automatización en una arquitectura híbrida puede ayudar a optimizar el uso de recursos, apagando instancias cuando no son necesarias y orquestando procesos para aprovechar mejor la infraestructura disponible, tanto local como en la nube.

Reducción de gastos de mantenimiento

‍Al reducir la dependencia de infraestructura local, también disminuyen los costos de mantenimiento (soporte, energía, refrigeración, reemplazo de hardware), que pueden transferirse en gran parte al proveedor de nube.

Papel de las APIs en Arquitecturas Híbridas 

Las APIs (Application Programming Interfaces) juegan un papel fundamental en las arquitecturas híbridas, facilitando la integración y la interoperabilidad entre distintos sistemas y aplicaciones, tanto en entornos on-premises como en la nube. A través de las APIs, los datos pueden fluir de manera segura y eficiente entre estas distintas plataformas, garantizando que las aplicaciones se puedan comunicar sin importar dónde estén ubicadas.

Las APIs permiten a las organizaciones escalar sus aplicaciones de manera más flexible. Una empresa puede mantener su infraestructura principal en un entorno on-premises y, al mismo tiempo, aprovechar la capacidad de la nube para manejar picos de demanda.

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